viajar es una de las mejores experiencias conoce parte de latinoamerica a través de este podcast

Diario de mi viaje por Chile y Argentina

Hoy os hablaré acerca de la que fue una de las mejores experiencias de mi vida. Un viaje de seis meses por el sur de América.

Cuando terminé la universidad, decidí junto a mi amiga Marta hacer el viaje de nuestras vidas. Pusimos rumbo a Chile.

Antes de viajar a Chile, conocimos a una estudiante chilena que estaba cursando el doctorado en nuestra universidad, ella fue quién nos animó a conocer este maravilloso país. Nos ofreció la casa de sus padres hasta que encontráramos piso.

Después de una semana encontramos uno en un precioso cerro. Las casas allí son algo diferentes a lo que estábamos acostumbrados, pero mantenían el encanto y la esencia de aquellas calles coloridas y llenas de vida.

Nuestros vecinos

Al llegar conocimos a un grupo de americanos que estaban realizando un voluntariado, todos ellos vivían en la casa de al lado. Apenas en una semana hicimos amistad con ellos y con otros vecinos.

Todo comenzó una noche en la que yo volvía de escalar a casa. Cami y su amiga estaban tomando una copa de vino en la calle frente a mi casa, yo me acerqué y empezamos a hablar.

Ellas me invitaron a compartir una copa de vino y así fue como comenzó nuestra amistad. Lo más curioso de esto fue que a los vecinos también les gusto la idea y se unieron a nosotros. Desde este momento se convirtió en tradición cenar juntos. Cada uno llevaba algo de su casa y compartíamos todos la cena. Esta experiencia fue maravillosa, éramos una gran familia.

Cada vez más vecinos de la calle se unían a nosotros por lo que decidimos hacer una gran barbacoa todos juntos el día de nochevieja. ¡Fuimos más de 30 personas!

He decir que también se unieron a nuestra preciosa calle dos perros callejeros que finalmente decidieron quedarse a vivir allí.

Rocódromo

Todas las tardes solía ir a entrenar a un rocódromo cercano a casa, recuerdo pasar horas frente al mar observando a los leones marinos y conociendo un poco más acerca de ellos ¡son realmente territoriales!

En la Tornamesa (es el nombre del rocódromo) fue donde conocí a Benja. Él me propuso hacer un viaje de escalada a Piedra Parada en Argentina y sin darle muchas vueltas decidí ir con ellos.

Preparativos

Los siguientes días tenía que preparar el viaje a Patagonia junto con Benja. Compramos comida para las semanas que estaríamos aislados escalando.

También tuve que comprar todo lo necesario para hacer camping, solo podía llevar una mochila conmigo. Después de escalar en Piedra Parada emprendería mi viaje al sur de Chile y Argentina yo solo.

El gran viaje

Aquí tengo que decir que comenzó la aventura más loca de toda mi vida. Pusimos rumbo al Chubut en Argentina. Un viaje de más de 1600 kilómetros. Durante el viaje pasamos tres días escalando en Bariloche, este lugar estaba más o menos a mitad de camino a Piedra Parada.

Una vez llegamos a Piedra Parada me sorprendió lo inhóspito del lugar. El pueblo más cercano estaba a dos horas por un camino de tierra. Estábamos realmente solo allí, bueno solos, solos, no.

En nuestro campamento base, escuché una voz a lo lejos y me pregunté si esa voz era de alguien de España. Me acerqué, y allí estaba Odei un chico de Menorca que hoy en día está en mi lista de mejores amigos. Le pregunté si era de España, nos reímos al darnos cuenta de que, en aquel recóndito lugar alejado de la humanidad, un menorquín y un madrileño comenzarían una gran amistad.

Cada día íbamos al cañón a escalar y los días de descanso jugábamos al Risk o al fútbol playa. Esto me encantaba.

Pasamos allí unas maravillosas semanas de convivencia y escalada junto a Marco, el sireno y compañía…

Un día al despertar tenía fiebre por una infección en la muela y quería ir al pueblo para ir al dentista. Marco me llevo y aquí fue donde nuestros caminos se separaron. Esto se alargó 2 días en los que estuve en un hostal. 

Una vez acudí al dentista y ya me encontraba mejor puse rumbo hacia El Chaltén, en la Patagonia, un lugar muy frecuentado por alpinistas de todo el mundo. El viaje fue a dedo durante al menos tres días en los cuales iba durmiendo en pueblos remotos y desconocidos para mí, pero la gente fue encantadora conmigo siempre tenía a alguien con quién compartir un mate (bebida típica Argentina) Entre camioneros y coches particulares finalmente llegué Al Chaltén.

Senderismo

Una vez en Patagonia, hice las grandes rutas del Chaltén. Recuerdo tantas momentos y experiencias que sería imposible describir todo, pero os haré un pequeño resumen.

Caminé con un hombre de 90 años, conocí a una persona que llevaba dos años andando desde Alaska, compartí ruta con un chico cicloturista de Barcelona que llevaba tres meses pedaleando, bailé la música tradicional del pueblo, comí asado argentino, vi nevar, vi llover y casi veo como el aire se lleva mi tienda de campaña, pude ver guanacos. (un animal típico de allí) En fin miles de experiencias realmente inolvidables.

El Calafate

Después de una semana en El Chaltén, puse rumbo hacia El Calafate, donde se encuentra el famoso glaciar Perito Moreno. Este es un sitio realmente fascinante lleno de naturaleza y turistas. Cuando llegué tuve algunos problemas para sacar dinero y no tuve más remedio que pedir hospedaje en la iglesia. Ellos me ofrecieron un pequeño campo donde poner mi tienda de campaña. Entonces la situación fue algo graciosa, estaba en mitad de la Patagonia durmiendo en un campo ofrecido por un cura y escuchando a Chayanne cantar en un festival que estaba a escasos metros. De película.

Torres del Paine

Después de cuatro días, puse rumbo hacia Puerto Natales en Chile. En aquel lugar me esperaba la guinda del pastel. Programé una ruta por uno de los trekking más famosos del planeta (las Torres del Paine) en este caso decidí realizar la ruta circular con una duración de 12 días caminando (más información aquí: parque Torres del Paine https://parquetorresdelpaine.cl/). Que deciros de este sitio, naturaleza en estado puro, un clima muy duro, lagos inmensos, glaciares (entre los cuales está el glaciar Grey) impresionantes, y mosquitos del tamaño de pájaros que en una parte de la ruta me picaron por todo el cuerpo.

Una vez terminada la ruta puse rumbo hacia el hostel donde pasaría un par de días recuperándome, comiendo bien y durmiendo sobre una cama. El segundo día por la tarde empecé a sentirme mal y tuve que ir al hospital por la noche. Supuestamente había bebido agua en mal estado y alguna bacteria estaba provocándome aquel malestar. Esa misma noche tenía un viaje de 56 horas de autobús hasta Santiago de Chile, pero con la ayuda de los medicamentos finalmente pude viajar.

El final del viaje

Una vez llegué a Santiago, fui a Valparaíso para despedirme de toda la gente que había conocido y poner rumbo hacia España. Aquí terminó este gran viaje que siempre quedará en mi memoria. ¿Alguna vez has viajado de esta manera?

Nos vemos en el siguiente post magos y magas del español.

Video del viaje

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